✅ Me abro a la gracia de Dios manteniendo mi espíritu anheloso y mi corazón receptivo. Mediante la gracia, conozco la benevolencia, el perdón y la compasión. Mi corazón se torna cálido y mi alma brilla a medida que me abro a los dones divinos.
✅ Recibo el regalo de la gracia y lo comparto. Cada vez que extiendo mi mano para ayudar, demuestro la gracia. Cuando ofrezco perdón a alguien que me ha herido, estoy compartiendo el don de la gracia. Cuando me detengo para escuchar atentamente a alguien y ofrecerle mi empatía, el espacio entre nosotros se llena de gracia.
✅ Al aquietar mi mente, me vuelvo receptivo al fluir de la gracia que me lleva por corrientes espirituales de amor divino.
TEXTO DEVOCIONALAhora los encomiendo a Dios y a su palabra de bondad, la cual puede edificarlos y darles la herencia prometida.Hechos 20:32