✅ Como una cálida frazada, el amor divino me cobija. Respiro profunda y lentamente según me sosiego en la paz profunda y consoladora. Recuerdo palabras de la Biblia: “Estaré con ustedes todos los días”. La Presencia divina me reconforta en esos momentos sagrados. Mi corazón se llena de gratitud por los momentos en los que he sentido este consuelo y esa paz.
TEXTO DEVOCIONALJesús se levantó y dio una orden al viento, y dijo al mar: “¡Silencio! ¡Quédate quieto!” El viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo.—Salmo 23:4