✅ Presto atención a los sentimientos de miedo y a los mensajes que mi angustia me envía. Cualquier temor que sienta influye en mis acciones, pero no las controla. Recuerdo que no hay lugar donde yo pueda estar que no esté Dios. No hay situación que enfrente yo solo. Dios no solo está conmigo, está en mí. Abrazo esta protección divina y soy valiente, sabiendo que toda la fortaleza, apoyo, sabiduría y amor son míos cada día y en cada momento.
TEXTO DEVOCIONALPorque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.—2 Timoteo 1:7